Extremadura es una tierra maravillosa, paraíso natural con un alto grado de conservación en el que miles de especies animales encuentran su refugio y pasan largas estancias durante el invierno o el verano. Tal es el caso de las grullas, aves invernantes que vuelan todos los años desde distintos puntos del norte de Europa hasta tierras Extremeñas para pasar el invierno comiendo bellotas y disfrutando de nuestro clima, mucho más benévolo que el de sus lugares de origen.
Avistamiento de grullas
Durante los meses de invierno, es posible salir a observar grullas en la Campiña Sur de Extremadura, ya que en esta zona se concentran grandes grupos de estas aves, debido a que el terreno está poco transformado y abundan las dehesas donde pueden comer grandes cantidades de bellotas, su alimento favorito. Las mayores colonias de grullas pueden encontrarse en el sur de Extremadura.
Es muy fácil verlas en los alrededores de Azuaga, y existen algunas rutas oficiales publicadas en la web del Club Birding Extremadura (dejamos el enlace aquí), sin embargo, es cierto que para las personas que no conocen la zona, puede ser un poco complicado adentrarse en el terreno y observarlas, por eso recomendamos contactar con un guía local que sabrá guiarte por el terreno y llevarte al lugar perfecto para observar grullas y otras muchas especies de aves.
No puedes dejar de hacer
Una de las cosas más importantes que debes de hacer al menos una vez en tu vida es ver la entrada de grullas al dormidero o su salida. Es un espectáculo de la naturaleza digno de disfrutar, ya que cientos de grullas procedentes de distintos puntos en distintos grupos, comienzan a volar en la misma dirección, hacia el dormidero, emitiendo el sonido tan característico de las grullas.
Suelen hacer la entrada en el dormidero momentos antes de la puesta de sol por lo que te recomendamos que estés al menos una hora antes de la puesta de sol. Puedes aprovechar para dar un paseo y fotografiar otras muchas de especies de aves que viven o pasan el invierno en los dormideros de grullas y zonas colindantes y cuando menos te lo esperes, empezarás a escuchar su sonido y tras él, las verás aparecer.
Si pasas unos días en invierno por la Campiña Sur, contacta con un guía local y adéntrate en nuestra naturaleza.